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miércoles, 19 de abril de 2017

Entrevista a los directores de La Maleta Producciones


INICIOS
     Brenda Santizo empezó en el teatro a los once años de edad, en la Universidad Popular. Realizó pequeñas dramatizaciones en algunos colegios.

     Sus profesores la incentivaron a seguir en este arte porque veían su talento. La semilla que sembraron en ella fue tan profunda que la hicieron ver el teatro como algo más que un hobby.

     Nelson Ortiz inició su carrera artística inclinándose por la pintura. Realizó cuadros que vendía en Antigua Guatemala (1998-2000) “de manera informal”, en palabras del autor.

     La primera obra escénica que llevó a cabo, a su joven edad, fue el musical: “La Pasión de Cristo”, representando a Jesucristo. Fue significativa para él porque se identificó por ser creyente y porque había una ruptura de la cuarta pared, lo que permitía un diálogo con el público. Consideraba que era un medio para evangelizar y poco a poco se fue sumergiendo en la vida del teatro.

     El amor por el teatro unió a estos dos talentosos artistas guatemaltecos. En el año 2012 iniciaron, formalmente La Maleta Producciones. Se han presentado en teatros y centros educativos dentro y fuera del país. Su lema es: “Concientizando a través del arte”. A ambos les apasiona dejar una reflexión sobre lo que se vive en Guatemala. En cada obra presentan temas como: los valores, los antivalores, la política y la educación. Su arte va más allá del entretenimiento. Buscan retomar el teatro comprometido que se ha ido perdiendo a lo largo de los años.

¿Qué los impulsó a iniciarse en el mundo del teatro?
     El deseo de decirle algo al pueblo, a la sociedad. Uno como ciudadano, siempre tiene algo que decir (Nelson Ortiz).

     Yo me inicié en el teatro porque tenía mucha energía. De pequeña lo hacía porque quería ser actriz, por hobby. Con el tiempo mi visión fue cambiando: Es importante que, como artistas, podamos transformar muchas cosas: un país, una sociedad (Brenda Santizo).

Coméntennos sobre algunas vivencias, experiencias o anécdotas que hayan tenido durante su trayectoria artística.
     Cuando uno empieza quiere hacer de todo, a donde lo llaman uno va. Una vez me llamaron para ser botarga. Pensé que tal vez nos íbamos a presentar aquí en Guatemala, pero fue en el Puerto San José. El calor dentro de traje era terrible, pero fue una experiencia linda porque empecé a notar que los niños tenían poco acceso a la cultura como tal y eso me cambió mucho la manera de visualizar lo que hacía. Ver la magia que causa una botarga hacia los niños fue muy interesante (Nelson).

     Estaba en un grupo en el que teníamos teatro escolar pero también lo hacíamos en salones comunales para que el arte llegara a más personas. Mi personaje (de tía española) aparecía hasta el final de la obra por lo que tenía que estar escondida en un camerino. No me había dado cuenta que el cuarto estaba lleno de ratas. Cuando me estaba maquillando noté que se estaban peleando. Mi conflicto era: si salgo voy a arruinar la escena, me van a ver y voy a romper la magia, pero si me quedo tengo que enfrentar mi miedo. Al final entró un compañero, sacamos las cosas y salimos tapados para el otro cuarto. Fue una experiencia complicada porque no se deja de ser persona, pero a la vez se es personaje (Brenda).

De todas las obras que han presentado, escrito, dirigido…, ¿cuál les ha gustado más y por qué?
     A mí, la que me ha gustado más es “El Agujero Negro” por lo que representa para nosotros. Yo hice la adaptación. En el primer llamado que llevé a cabo para que me acompañaran al proyecto, todo mundo me dijo que no. La primera persona, que era una actriz, al leer el texto, porque era teatro del absurdo, dijo:

     “Esto en Guatemala no lo van a entender porque son estúpidos. No deberías montarlo, no sirve, no hay nadie que vea ese teatro”.

Eso me terminó de impulsar. Realicé la adaptación para poderla digerir aquí en Guatemala. Empecé a fusionar las artes: los instrumentos, no solo el acompañamiento sino todo lo que requiere una función. Me enriqueció mucho, laboralmente, para hacer otras puestas. Tardé un año para encontrar el elenco. Nadie quería participar. Casi abandono el proyecto, aunque algunos piensan que Guatemala no merece, no necesita tener algo diferente, al contrario, me motiva saber que las personas sí piensan, solo que hay que darles algo en qué pensar, no todo digerido. (Nelson).

     En mi caso estoy de acuerdo con el compañero: “El Agujero Negro” fue muy importante y significativa para mí porque fue la primera obra que hicimos con La Maleta Producciones. Como cocreadores tuvimos esa libertad de proponer, la creatividad, la música, el mensaje tan lindo de la obra. Me involucré muchísimo más en medios, en publicidad y en todas las estrategias para irla mejorando cada vez más (Brenda).

¿Cuál es el proceso para presentar una obra? (selección, ensayos, escenografía, etc.)
a.   Escoger y analizar el texto dramático. Cuando yo no lo escribo tiene que tener algo en lo cual yo pueda injertar lo que queremos decir a los estudiantes. La mayoría de escritos dramáticos tiene un contexto social y cultural del país que lo plantea entonces hay que adaptarlo y contextualizarlo al nuestro;

b.   El casting (selección de los personajes);

c.   El proceso de ensayos. Un buen montaje debería tener mínimo cuatro meses de preparación);
d.   El descubrimiento de la obra por parte de los actores. El director conduce la puesta hacia lo que se quiere decir, pero son los actores los que se apropian de su papel, y;

e.   El esbozo del movimiento escénico (Nelson).

Todos tenemos concepciones diferentes. En mí caso inicio con la selección por ideas: Si yo me identifico con algún tema o situación actual del país quizá otros también lo harán. Hay que contextualizar lo que afecta a la sociedad, algo que toque el corazón de la gente. El proceso es muy largo e incluye el marketing, el público objetivo, las fotografías que son la parte visual, escoger a los actores, la escenografía por su utilidad: si algo está presente es porque tiene que estarlo, para mí son muy importantes los detalles. Nuestras propuestas son originales e innovadoras (Brenda).

¿Qué diferencias significativas observan entre los lugares donde presentan sus obras?
     Teniendo en cuenta que las obras, muchas veces, se presentan en un patio o en un lugar cerrado, la escenografía no tiene que ser difícil de montar, hay que acoplarla al proyecto. Hacemos todo como un rompecabezas: que sea armable y desarmable como un lego. El traslado también es complicado. No se puede construir algo fijo. Cuando tenemos la oportunidad evaluamos los espacios antes de la puesta en escena (Nelson).

No es lo mismo un teatro, una sala con las luces, el humo, la magia, el misticismo que un salón de actos. Este último le resta acústica, el manejo de luces se pierde un poco, pero al final nuestro objetivo es acercarle el teatro a la gente. Sabemos que no todos asisten por lo que el hecho escénico es muy ignorado. Nos sustentamos en lo más importante que es el contenido (el mensaje) de la puesta en escena. Procuramos que el trabajo sea del mejor nivel con los recursos que tenemos: actuación, vestuario, escenografía, etc. (Brenda).

¿Qué los motivó a realizar la puesta en escena en centros educativos?
     La indiferencia social, el abandono cultural de los niños en los colegios, en las instituciones privadas y públicas. Entendemos que reciben expresión artística, pero no siempre lo que se les enseña es lo más adecuado. Llevarles un poco de concientización es lo más importante para nosotros. Se realiza en dos fases: La puesta en escena y los talleres. No es llevar el teatro por el teatro. 

Nosotros concientizamos a través del arte. Lo que queremos es que el estudiante pueda acceder al arte. En lugares marginales y en lugares apartados también sirve como un medio para subsistir y no solo para entretener. 

Deseamos impulsar y llamar la atención de los estudiantes de todo nivel, haciéndoles ver que realmente hay una economía llamada naranja. Es lo que el arte representa en economía a nivel mundial. Tristemente, el arte es visto como una forma para ganar dinero. Se ofrece algo que no hace pensar como el reguetón. Algunos maestros nos dicen que lo único que les interesa es que sus alumnos se rían. Creemos que el arte forma la cultura. Deseamos darles otra opción para que ellos puedan elegir. ¿Qué nos deja el arte que nos envían?, ¿qué es lo que estamos consumiendo? Perdimos mucho cuando el teatro se volvió entretenimiento. Queremos recuperar la concientización. Existe una gran diferencia entre entretener y educar (Nelson).

     Porque es el primer acercamiento que tienen los jóvenes con el teatro, con el arte. Cuando yo estuve estudiando solo una vez me llevaron al teatro. Fue una comedia mal hecha, solo para entretener. Hay que tener mucho cuidado con lo que se le está ofreciendo al espectador, al niño. Ese espectador de hoy va a ser el consumidor de mañana. Si se le presenta un trabajo que no tiene contendido, que no está educando, entonces no le va a quedar ese amor o esa espinita que deja el teatro. Es muy fácil que consuman lo que los medios les dan: música, conciertos, etc. Es fundamental invertir un poco más de tiempo para presentar teatro de alto nivel a ese nivel educativo. Si se estimula el deporte ¿por qué no el teatro? (Brenda).

¿Cómo ha sido su experiencia en la Efpem?
     Una audiencia muy receptiva. Gente que lee, que analiza, mejor preparada. Nos han tratado muy bien. Es un reto mayor. Hay que preparar al público para que sea más exigente, con más criterio y crítica, para que se cuestione si está bien o no lo que reciben. No hay que subestimar a nadie (Brenda).

Ha sido una bonita experiencia. Una oportunidad. Eso fue lo que me gustó de Efpem. Hay un reto artístico más fuerte. Pueden emitir un juicio crítico. Cuando el público es preparado uno sabe si la puesta en escena llegó a donde tenía que llegar o no. A mí me ha servido de realimentación. El público nos hace crecer. La gente que lee expande (Nelson).

¿Cómo equilibran su vida artística y profesional con la familiar?
     Es complicado separar lo del trabajo con la vida personal. Siempre estamos hablando del teatro, pero sabemos que hay que recrear la otra parte también. Como directores y líderes tenemos diferentes criterios. Lo que hacemos es dividirnos los roles para que las ideas no choquen. Con el tiempo hemos ido madurando y creciendo (Nelson).



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