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lunes, 27 de febrero de 2017

Escritor y poeta


El Secretario Académico de la Efpem, Licenciado Mario David Valdés López nos invita a reconciliarnos como hermanos que somos, no importando nuestras ideologías políticas, sociales y religiosas. A la vez nos demuestra que con mucho esfuerzo y dedicación podemos conseguir nuestras metas, su biografía lo confirma. 


Pero… ¿Quién es Mario David Valdés López?


Era una fría noche de invierno de un quince de agosto de 1959, cuando  nació Mario David Valdés López mediante un parto múltiple, de gemelos, en la ciudad de Chiquimula. Fecha inolvidable, porque se veneraba a la patrona de este pueblo “La Virgen del Tránsito”, y al mismo tiempo, era laureado el consagrado poeta de América “Humberto Porta Mencos”, quien con su inspiración, cantaba sus versos y lleno de emoción salpicaba la frescura de la noche para mezclarse con los luceros, las estrellas y la luna, y llegaba ese aliento hasta el lecho de amor del recién nacido Mario David Valdés.   

Mario David Valdés López, hijo de Daniel Ramiro Valdés (chiquimulteco) y de Laura Piedad López de Valdés. Su infancia la vivió en el municipio de Santa Ana Huista, departamento de Huehuetenango, donde sus papás tuvieron que radicar por asuntos laborales. Ahí compartió su gran amor con sus padres, sus cinco hermanos varones y sus dos hermanas gemelas.

Mario David Valdés López  hoy es un poeta genuino, de inspiración grande, quien tiene gusto por la poesía desde que era niño, según él mismo lo confirma cuando hace una remembranza de su infancia, y que el tiempo lo condujo a ese mundo maravilloso de la poesía.

Su producción poética abarca una poesía a veces formada por versos blancos y en otras, la utilización de métrica y rima consonánticas, manejando maravillosamente los recursos figurados, a través de un lenguaje connotativo, describiendo con su pluma nuestro país, a través de nuestra cultura rica en costumbres y tradiciones, y también describe profundamente los problemas sociales que atañen a nuestra querida patria.

Ha ganado algunos certámenes de poesía a nivel nacional, como el concurso de poesía llevado a cabo por “Alianza Francesa” en el certamen llamado: “La Primavera de los Poetas”, (6 de junio de 2003) entre otros.

La carrera del poeta fue ser docente, en la que laboró veintiséis años, tanto en el Nivel Primario como en el Nivel Medio, y que a través del tiempo fue plasmando su poesía, hasta que en al año de 2003, aparece su primer libro titulado “…Y Surge mi cantar”; en donde recuerda y agradece a las personas que en él han dejado huella y que a la vez le sirvieron de ejemplo para la formación de su vida; así también, recuerda algunos lugares donde vivió su infancia.

 En el 2004 surge el poemario: “Sólo Poesías”, un nombre sencillo, humilde, pero un libro de poesías con mayor madurez poética, donde se admira la pluma del poeta por la belleza y la profundidad de sus versos.

Al año siguiente, 2005, escribe “Dolor y Canto” utilizando un contraste muy llamativo, que se caracteriza por una poesía compuestas en dos facetas: una es cantarle al dolor, a la ausencia del amor, a la vida cuando ya se está terminando, y la otra, a la esperanza, a los buenos tiempos que aún vendrán, que se esperan con anhelo y bonanza.

Por último, sin olvidar a nuestra niñez, presenta un poemario de poesías para niños que se titula: “Poesías de mi escuela”, en el que escribe la poesía que ilusiona, que encanta y que viven a diario nuestros niños y nuestras niñas de Guatemala, donde se impregna el sentimiento tierno y hace palpitar los tiernos corazones. Poemas como “Mi Barrilete volador, Mi Marimba, Copito, entre otros.

El profesor Valdés, ha recibido diversas distinciones, entre algunas podemos mencionar:

La Orden Departamental (Galardón Magisterial a cargo de la Dirección Departamental de la Ciudad de Guatemala, 2006).

La Orden Municipal (Galardón Magisterial a cargo de la Municipalidad de Villa Nueva, 2013).

Mención Honorífica como reconocimiento por su poesía, a cargo de la Casa de la Cultura de Villa Nueva. (2006).

El 6 y 7 de febrero de 2015, fue homenajeado en la ciudad de Chiquimula por la Casa de la cultura “Chiquimula Ciudad luz”, el Concejo Municipal y la Dirección Departamental de Educación de esa ciudad.

Actualmente desempeña el cargo de Secretario Académico y labora como catedrático en el Área de Lengua y Literatura en la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media, EFPEM, en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Guatemala, febrero de 2017


El siguiente poema fue incluido por el autor en su poemario Sólo Poesías”.

       HERMANO… CONTRA HERMANO

Hay tantas cosas en la vida
que no quisiéramos recordar
pero son justas y merecidas
que mi gente no las vaya a olvidar

y que sepan  la triste realidad.
Que surja de nuestra memoria
el esclarecimiento de la historia
y que comprendan la verdad.

Hace algún tiempo en mi tierra
nuestros horizontes se nublaron,
los campesinos no cosecharon
ni sembraron maíz en la sierra.

Las campanas dejaron de repicar,
 la marimba ya no se escuchaba,
de las aldeas, la gente ya no bajaba
con su familia a vender o a comprar.

El tiempo empezó a ponerse tenso,
el dolor y la tristeza era inmenso,
los gallos dejaron de cantar
y los perros ladraban sin cesar.

Todos los días rumores llegaban
cuando aún vivíamos en paz.
“Desapareció mi hermano y no supe más...
anteanoche unos hombres bajaban

por el cerro y se trataron de esconder,
 en la penumbra no los pude reconocer.”
Ese era el diario y triste lamento
de mi gente, en todo momento.

Y es que era una guerra fatal,
vencía el fuerte, vencía el mal,
moría el débil, moría el humano
y es que era...hermano contra hermano.

El soldado, de la paz ya no podía gozar,
por las noches, triste, sólo pensaba
en su mayor tesoro y aún guardaba
el anhelo de un día con vida regresar

a la tierra donde dejó su gran amor,
donde dejó sus recuerdos de infancia,
también dejó su juventud de fragancia
como el ave que a su nido desea retornar.

Su fortaleza era una metralleta,
su consuelo era derribar con su mano,
la lucha era vencer con bayoneta
¡morir o vencer! hermano contra hermano.

No comprendíamos la real situación,
en la plaza nos reunían en grupo masivo
hoy hombres armados de verde olivo
al mando de un bravo capitán,

mañana, hombres de forma natural
que vestían ropas oscuras y pobres,
calzaban botas de hule o viejos caites
cuando llegaban por la cerca del corral.

En ese tiempo hubo tanta gente
que luchando en combate cayó,
también murió gente inocente
y la sangre por mi tierra se regó.

Murió el campesino, murió afanado,
murió  mi hermano, murió en vano,
también ofrendó su vida el soldado
y es que era...hermano contra hermano.

El maestro también murió,
el alcalde lo mismo, pereció.
¡Qué tristeza! ¡qué lamento!
no saben cuánto lo siento…

Muchas escuelas habían cerrado
sus jornadas y sólo habían quedado
en sus paredes grabadas las voces
 de los niños que cantaban tantas veces.

Los niños ya no jugaban a las rondas,
en su corazón el rencor había anidado,
sus juegos eran a las terribles guerras
y la venganza era un sueño esperado…

 Adentro de las casas de mis hermanos,
en los ranchos tejidos por duras manos
quedaron grabadas las voces de mi gente
para que sus hijos las recuerden siempre…

Sufrimos de tristeza días enteros,
lloramos en silencio noches postreras,
ya no veíamos a la luna sonreír
y nuestro deseo era sobrevivir.

Se luchaba quizá por ser leal
o bien, se perseguía un ideal,
temerosos nos estrechábamos de la mano
y es que era...hermano contra hermano.

El boom de las metralletas tronaban,
las casas de mi pueblo se quemaban,
lloraba el niño, lloraba la niña,
ya estaba desolada la campiña.

Familias completas tuvimos que partir,
familias incompletas tuvieron que salir,
ya no estaba papá, no supe de mi mujer
decían muchos hombres al amanecer...

Partimos con el llanto de equipaje
llenos de tristeza, colmados de brebaje,
muchos lo hicieron para el estado mexicano
donde vieron nacer a su hijo o a su hermano,

los concentraron en los campos de refugiados
donde vieron crecer a sus hijos maltratados,
allí sufrieron sin clemencia y sin compasión,
 perdieron también la fe, la esperanza y la ilusión.

Ahí sus sueños se desvanecieron
cuando un día en pareja prometieron
y confesaron su gran amor los dos
para recibir el fruto delante de Dios…

   
Sí, la venganza ya no debía de crecer
muchos de los que partieron no regresaron,
en ese Estado tristemente los sepultaron
afuera de su patria que un día los vio nacer.

Luchaban los demás como hermanos,
no volteaban la mirada al pasado
para no recordar quiénes habían emigrado…
a esa tierra de los hermanos mexicanos.

¡Gracias México! tierra de los mexicas y,
del grande y portentoso Huitzilopoxtli,
de tus dioses que un día guiaran
a fundar la ciudad de Tenoxtitlan.

Un día esperado el sol comenzó a brillar,
nuestros hermanos empezaron a retornar,
con sus manos la semilla hicieron renacer
y los verdes campos pudieron florecer.

Las familias no regresaron completas
muchas de ellas se encontraban ausentes,
algunas se quedaron en tierras lejanas
y otras venían con seres diferentes.

Tomémonos de la mano con el corazón
sin diferencia de credo, raza ni religión,
 elevemos al viento los cantos de Asturias
y que queden perdonadas las injurias

en mi linda Guatemala pluricultural,
tierra de los Mayas, linaje sin igual,
del hombre que fuera creado de maíz
según el libro sagrado de los Quichés.

Que en mi gente las heridas puedan sanar,
la esperanza en el alma también, renacer
para quienes perdieron más de algún ser
y para quienes el dolor no podemos olvidar.

Todos los caídos merecen ser recordados
y plegarias elevemos a Nuestro Dios
porque un día con ahínco lucharon
y valientes sus ideales defendieron.

 La historia de mi patria jamás puede olvidar
que han sido treinta y seis años para recordar
a los mártires que nacieron para ser liberales
y su vida dieron para cambiarla con ideales…

Que se escuche la marimba y los sones,
que regocijen en nuestros corazones
y que se oigan felices por doquier
el canto de nuestros hijos con amor.

¡Guatemala, nunca más!...
tus hijos queremos vivir en paz;
la história de la verdad fue con honor
 del alma y pensamiento de nuestro Monseñor

y de nuestros indígenas su identidad
se marcó en los acuerdos de paz.
Guatemala, nunca más...
tus hijos queremos vivir en libertad.

¡Guatemala!...nunca más.




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