Este espacio no conlleva ningún fin económico, religioso, ni político. Todo escrito es propiedad intelectual de los autores y las opiniones vertidas son de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente el pensamiento del consejo editorial. Las ilustraciones son extraídas de la red de acceso público, y otras que tienen el permiso consignado en los créditos de autor. En el Consejo Editorial tenemos la visión del respeto a la diversidad ideológica y de credo de los colaboradores en su poesía, narrativa, ensayo, opinión u obra artística.

viernes, 28 de abril de 2017

Dos poemas trágicos

Esta tarde nos comparten dos poemas envueltos en  un mundo de desencanto. El primero escrito por un efpemista, y el segundo enviado por un estudiante de la Escuela de Historia. 

Por a.m. Camaleón

Sin Título 
El suelo un fiel amigo, pues soporta mis caídas
es el contrafuerte ante la adversidad del tiempo
los errores me provocan la caída,
la reflexión me ayuda a levantarme
no pienso dejar de insistir en mis sueños
aunque por momentos pienso que es pura mentira
la fe, la esperanza y la lucha fieles amigas antes mis desencantos
el suelo me detiene y vuelvo a levantarme…
La opresión de mis ideas me asfixia,
me detengo e intento respirar,
no sé qué sucede conmigo, sólo intento estar solo
vano los pensamientos que me ayudan a vivir
ligero tu pelo que ondea frente a mi mirar
la irrealidad tan cruda se vuelve existente
reír nomás por fingir, solamente a secas
aunque quisiera estar inerte, blindado ante ella y la demás gente…



                           Por Camilo Villatoro 

                         Una lección de Literatura 
.Un poeta generalmente muere antes de escribir su primer verso, digo  la poética es el oficio del enterrador, pero cualquiera que haya presenciado una conversación entre sonámbulos tiene vaga noción de las contingencias de un ahorcamiento que usa nada más que la  lengua como soga; paralelogramo pugilístico embadurnado de insolente esputo menstrual a mitad del tuberculoso arrimado a una luna que jadea sincronizando relativamente una conversación entre futurólogos frustrados de masturbarse la miseria en redes supuestamente sociales  a las ocho de la mañana con una editora mexicanoguatemalteca [por matrimonio] viuda de patria linfa autoexilada recomendando leer algo más contemporáneo y mejor si ajeno a ese paisito minúsculo en dignidades literarias pero impaciente genuflexor de emporios frutales y demás ecosistemas del mapamundi; o sea coordenada bermuda apenas arrepentida del folklor analfabeta para turistas asombrados del llanto de ecos felinos soterrados en apilamientos piramidales de sangre calcinada y cemento armado de costillares estructuralmente antisísmicos. Extienda madame la hostia epigramática a veinteañeros barrocos [adjetivales-teleológicos] que deseen obnubilar la miserable prosa aristotélica de los pobres “hay que narrar como poetas” ¿Qué clase de poetas?  [Sana ignorancia] Nadie extrañe eyaculaciones atrabiliarias carentes de puntuación ahora sí poéticamente sustentadas e inspecciones  de pozos lisérgicos entre las sábanas lodosas o simiente de un gemelo hydeano [clon misántropo de estatura sobrenatural a punta de altas concentraciones de plomo y zinc en el desayuno] que vomita al fin: incorpórate a la modernidad del anteojo actualizado del transcurso, si se mira todo mal es que todo está donde debe pero pedregal no es del todo espejismo fosforescente en autopista sin señales de tránsito sino breve ensueño de la Edad de Cuarzo mineral presumiblemente rosado de ebullición capilar en la solidez del átomo.                     —Continúa—: Si asoma la imagen por la ventana llámala; si jala las cobijas cierra ojos teme por tu vida arrepiéntete cristianamente de una puta vez sin culpa marxiana chupa pulgares como mamas rosadas y mira por fin la sombra de vaho que deshabita la cama demostrando la gordura de la inexistencia. Estás solo. Aventaron basura desde la calle. A altas horas de la noche vagabundos hacen tretas a escultores de santos, al insomne extrañado por la cáscara viscosa al tacto fálico cielo teórico del interior de un plátano dispositivo nemotécnico de texturas abstracción irrepetible ases que no vuelven a la mano. Solo y sin mayor talento, camarada, colgado en vilo de la boca de un foso a lo sumo séptico y optimista. Te esparces en la patria donde ciudadanos ciegos te tocan en vano. La verdadera salvación está en la aldea, ahí donde sea posible celebrar la muerte con la normalidad de los ritos, solemnidad de las reses. En tu pueblo, oh pueblerino mío, hay rezadoras enjundiosas organizadas por cantones, no falta púlpito en cada infinito de las comarcas miserables que no enseñe a la grey el padre nuestro. Curiosa adulteración de las leyes de Mendel: niños ungulados y cornudos revientan pelotas cada dos o tres días, el aborto mejor practicado nace con cola. Eres el único con un solo cacho salido del parietal, unicornio apenas advertido por la academia estética, otro de los nombres de la misericordia. Maldición entender el secreto de la mercancía o ser un pollo aderezado en la balanza. Por eso sos alérgico al sueño, escribes como desahuciado, desesperado por aferrar la imagen. Por eso el respectivo supositorio opiáceo. Tierno mío estoy aquí para vigilar el sueño de los niños para arropar delicadamente el cuerno durante el invierno. Presta atención: siendo anacrónico jamás conocerás la muerte y en la eternidad se va perdiendo el sentido del humor y el sexto doble sentido sensibilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario