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lunes, 12 de junio de 2017

La voz de la sociedad

Una vez más nos damos cuenta de que la poesía sí sale del alma se convierte en la voz de una sociedad, una sociedad que clama justicia, una sociedad que anhela la paz.

Hoy contamos con dos poemas que nos sensibilizan y nos invitan a no ser indiferentes a la realidad en la que vivimos. Esperamos los disfruten.

CAUTIVAS

Pocas fueron sus horas, poca la oportunidad de vivir,
Pocas aquellas salidas, que como fuego en zonas áridas
Su piel consumía.

En la penumbra de sus noches sus ojos se perdían y sus risas
Cesaban mientras los labios les mordían.

Cautivas como aves, en jaulas las ofrecían
Como frutos frescos al postor las vendían.

Oprimidas y abusadas  era como vivían y la libertad una
Mentira que desde su nacimiento no les pertenecía.   

Noche tras noche el camino al ultraje
Los hijos del mal las perseguían.

Hasta que un día del agüero aquellas aves su vuelo emprendían
Unidas por el deseo que en su corazón de ser libres nacía.

Sin saber que su alrededor de gris se vestiría y el aliento
Les robaría, pero que a todo un pueblo los ojos abrirían.

Al cielo de mano en mano cantando llegaran, todas aquellas niñas que al mundo
Se hicieron escuchar y que sus cuerpos  calcinados un pueblo entero
Siempre recordará.

Víctimas de la indiferencia aquel lugar ya no será, justicia  y libertad en voces de sus hermanos desde lo alto exigirán y su victoria jugando de par en par celebraran.



En memoria a las 41 niñas víctimas del incendio.

Anónimo



¡Mujercita!

Perdónanos por no saber cuidarte
en tus momentos angustiantes,
Perdónanos por no saber amarte
en tus momentos retantes...

¡Mujercita! perdónanos por ser indiferentes
ante tu estabilidad impotente,
mujercita...¡perdónanos!

Ahora no se gana algo en reprochar,
solo nos queda orar
por tu alma pura e inocente
que buscaron callarte tan de repente.

                                                  Lesly ML 

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