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martes, 27 de marzo de 2018

Feminismo es igualdad


Hoy les compartimos un artículo de Karen, estudiante del profesorado en Lengua y literatura en la EFPEM.  Originaria de Jutiapa, Maestra de educación primaria.   Creemos que este artículo se adapta a los acontecimientos suscitados por el tema mediático entre feminismo vrs machismo; y qué mejor desde la perspectiva femenina. 

Cuando hablamos de igualdad muchos intentan hacerse los “ignorantes” respecto al significado verdadero de este tema. Muchos lo toman como un acto rebelde de algunas mujeres para llamar la atención o desatenderse de sus obligaciones que desde tiempos inmemoriales han venido siendo única y exclusivamente de ellas.

El movimiento feminista en Guatemala es muy poco apoyado y poco bien visto, me atrevería a decir que la gran mayoría de nuestra sociedad es machista. Esto debido a muchos factores y el principal es que han crecido en hogares donde predomina el machismo, por ende el niño adopta el patrón del padre y en algunos extremos la actitud machista que muchas madres asumen.

Crecí en un hogar con padre machista, mi madre sufrió violencia  intrafamiliar durante muchos años, mi hermana fue violada a los 13 años de edad por un familiar y ella fue acusada de haber tenido la culpa, por andar de coqueta. Mi hogar estaba lleno de mujeres, somos cuatro hijas y mi mamá, la única figura masculina era mi padre y por lo mismo era él quien tenía la primera y la última palabra. Quizá por eso desde muy pequeña tomé una visión feminista aún sin saber que eso existía y lo que era, siempre me juré que no me casaría con un hombre machista y menos dejaría que uno decidiera por mi vida.

Siendo el tema familiar algo muy difícil de tocar pues la mujer cuando labora fuera de su casa por un salario, se le recarga la responsabilidad. Si no hay comida en casa es su culpa, si los niños y la casa no están limpios es su culpa, cuando en realidad los hijos fueron procreados por ambos, debería ser responsabilidad de ambos.

Tengo 23 años y desde hace dos años estoy casada, con alguien que me apoya en todo ámbito de mi vida, y tengo un hijo al cual me hice la promesa de no criarlo bajo un pensamiento machista, porque sé que un día tendrá esposa y quizá hijas y me gustaría que las tratase como a mí me gusta ser tratada y como me hubiera gustado que mi madre fuera tratada. Hoy ya perdoné a mi padre y tome por lección lo que él me hizo vivir.

Pero a qué viene mi discurso autobiográfico dirán ustedes, y les diré, desde mi propia carne sé que es sufrir la desigualdad de género, y entiendo perfectamente la lucha que se hace por la igualdad en derechos y obligaciones, y la sed de justicia cuando nuestros derechos se ven violentados; la necesidad de que muchas mujeres alcen la voz y actúen en pro de acabar con la tragedia que viven a diario y en silencio.

En una sociedad misógina y machista, la mujer se ve únicamente como objeto sexual y cuya función es únicamente la reproductora,  aunque viva en la extrema pobreza; principalmente en las áreas rurales son las más expuestas.

En pleno siglo XXI, debe terminar  el maltrato físico, moral o psicológico aduciendo que la mujer es la culpable porque algo debió haber hecho para merecerlo; y que si quiere salir a trabajar debe ser autorizada y supervisada por su marido, son actitudes y frases que a veces son utilizadas hasta por las mismas mujeres.

El machismo sigue reinando porque aún entre las mismas mujeres se critican y se juzgan, en vez de hacer la unión y alzar la voz para pedir justicia por las mujeres asesinadas a diario en todo el mundo, para esas otras miles violentadas a diario; y para las otras miles de niñas embarazadas en contra de su voluntad, por una violación o porque se les obliga a casarse.

Pero no debemos confundir y tirar a la basura lo que nuestras antepasadas precursoras del movimiento feminista han logrado; personalmente quiero dejar en claro que el feminismo no es odio o repudio a los hombres. ¡NOOO! No somos feminazis como muchos nos etiquetan, somos mujeres en busca de una igualdad, no queremos ser más, no nos creemos mejores que los hombres. Creemos que somos seres con la misma capacidad intelectual para desempeñarnos en una sociedad que cada día exige más de nosotros mismos. Igualdad en derechos sexuales, profesionales, laborales, y familiares.


Si queremos erradicar el machismo en nuestra sociedad debemos empezar por eliminar pensamientos retrógrados, criar a nuestras hijas para que se sientan capaces de desempeñar las mismas labores que los hombres; y a nuestros hijos enseñarles que son capaces de sobresalir en el campo, la cocina o la oficina; que está bien que llore, eso no lo hace menos hombre, sino lo hace más humano.

Las etiquetas fueron creadas para lo ropa no para las personas. Machos son los animales por su sexo; y hombres, verdaderos hombres son aquellos que luchan contra las injusticias contra cualquier ser humano, aquel que respeta las ideas y derechos de una mujer, aquel que no pierde su hombría por preparar su propia comida. Y una buena mujer es aquella que se siente capaz de salir adelante hombro con hombro junto a él porque solamente así un día habrá paz verdadera y felicidad a su alrededor.
-KLVC-

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