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martes, 12 de septiembre de 2017

Meditando en el silencio

El día de hoy  nuestras invitadas nos invitan a pensar en la importancia del silencio, el misterio de la vida y sus verdades absolutas y por supuesto no podía faltar un homenaje a nuestro laureado escritor Miguel Ángel Asturias.

Gracias a Lourdes Chután, Estefanía Jacome y Antonieta Arrecis por compartirnos parte de su inspiración.


A MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
          Asturias, a ti que con apasionada entrega alcanzaste para nuestra bella cuna grande logros, de los cuales como compatriotas y hermanos nos sentimos orgullosos y te damos las gracias.
        Gracias a ti, Miguel Ángel Asturias, escritor, bohemio, San Carlista, modelo a seguir gracias por tan alto y galardón alcanzado. Gracias por tu entrega y dedicación, por esas noches en el exilio y las mañanas entre mis lecturas.
       Gracias a ti, poeta, novelista y ensayista, el gran exponente vanguardista de la década de los 20, quien a través de tu más grande obra “El Señor Presidente:” drama de la república bananera, explotada por el imperialismo yanqui, denunciaste como este trozo de tierra fue vendido al capital extranjero.
       Otros, al igual que yo, dedicamos líneas y versos para date las gracias por haber obtenido ese premio nobel, aquel ya lejano 09 de octubre de 1899, y colocar en alto pedestal el nombre inmortal de nuestra tierra: ¡Guatemala!
       Eres un ídolo inspirador para muchos; para todo aquel guatemalteco que vive y cree en su tierra y Asturias, tú que con apasionada entrega alcanzaste para nuestra bella cuna grandes logros, de los cuales como patriotas y hermanos nos sentimos orgullosos y te damos las gracias.
Gracias a ti, Miguel Ángel Asturias, escritor, bohemio, San Carlista, modelo a seguir gracias por tan alto y galardón alcanzado. Gracias por tu entrega y dedicación, por esas noches en el exilio y las mañanas entre mis lecturas.
       Gracias a ti, poeta, novelista y ensayista, el gran exponente vanguardista de la década de los 20, quien a través de tu más grande obra “El Señor Presidente:” drama de la república bananera, explotada por el imperialismo yanqui, denunciaste como este trozo de tierra fue vendido al capital extranjero.
       Otros, al igual que yo, dedicamos líneas y versos para date las gracias por haber obtenido ese premio nobel, aquel ya lejano 09 de octubre de 1899, y colocar en alto pedestal el nombre inmortal de nuestra tierra: ¡Guatemala!
       Eres un ídolo inspirador para muchos; para todo aquel guatemalteco que vive y cree en su tierra y para todo aquel hermano que habita en el extranjero… algunos se han marchado buscando un sueño, otros han sido desterrados, como tú lo fuiste, por defender los ideales y el orgullo de la patria. Y allá en lejanas tierras, escribiste tu vida, tus sufrimientos mascándolos en el medio de tus desvelos, ayudado por la tinta, con la cual poco a poco y minuciosamente, dibujabas cada letra que esculpía el pesar y sentir de alguien que sumido en tierras lejanas (siempre extrañas) demostró ser un hombre de maíz. Buscando un sueño, otros han sido desterrados, como tú lo fuiste, por defender los ideales y el orgullo de la patria. Y allá en lejanas tierras, escribiste tu vida, tus sufrimientos marcándolos en el medio de tus desvelos, ayudado por la tinta, con la cual poco a poco y minuciosamente, dibujabas cada letra que esculpías el pensar y sentir de alguien que sumido en tierras lejanas (siempre extrañas) demostró ser un hombre de maíz.

Autora: Lourdes Chután.


El sonido en el vacio
En lo más recondito del cielo,
 su mente divagaba, su alma revoloteante
 y sin paz inunda su cuerpo inerte, aquella palabra
la ha dejado así, sin creces, sin sueños, abatida.

En  aquel recóndito lugar amplio y a la vez diminuto
Su corazón latente, pero sin fuerza alguna, todo era inutil
Cualquier palabra de aliento, de esperanza, de felicidad, fue un largo silencio
Ya era tarde,  y el cielo fue el  limite,  dejando de la fuerza que abrazaba el recuerdo.

Aquel recondito lugar tan amplio y tan sombrio, que paulatinamente
Emanaba una luz deseada y aborrecida,  lamentable ha dejado una huella
Todos creen que es brillante, pero solo es una creencia,  las verdades absolutas
Yacen en la filosofía, en la  ambigüedad y en el  mismo  misterio de la gente.
(Estefanía Jácome)


Mis letras y la complicidad del viento.

Conversando en compañía del señor viento…
Conversando en silencio…
El señor viento que sopla a veces tenue, como tímido, se acerca juguetón rozando mi ser con ese aire a veces fuerte, a veces tierno…
Robándome sonrisas, al llevarme con su brisa hacia lugares que tengo años de no ver, momentos en el tiempo que me recuerdan de dónde vengo y, entonces, inicia nuestra platica, bueno seré sincera el escucha mis letras convirtiéndolas en palabras no pronunciadas y atento intenta comprender mis pensamientos…
Le hablo de ti, de lo mucho que en mi vida significas y que sería mentira decir que no sé ni cómo has llegado a ser eso, pues te lo has ganado a pulso…
Le cuento de lo maravillosos que son mis peques y de cómo me identifico con cada uno de ellos en su individualidad, lo difícil que son a veces mis días cuando se presentan complicaciones y como trato de poder facilitarle un poco las cosas, aunque debo tener claro que ellos deben cometer sus errores para su propio crecimiento…
Se ríe sarcásticamente, ocasionalmente, en cada nuevo pensamiento que le comparto y me imagino la forma como ha de verme, pero aun así continúo con mi relato…
Le menciono a personas significativas en mi vida, y no necesariamente, a aquellas que han sido bondadosas conmigo pues algunas han sido algo culeras, pero más sin embargo han sido significativas, pues todos dejan una enseñanza y aprenden algo de nosotros, de lo que será de sus vida, de lo que hubiera sido mi vida si se hubieran mantenido más en esta historia y, nuevamente suelta la carcajada pues me recuerda que los “hubiera” no existen, pero es inevitable preguntarse ¿cómo sería ahora?
Me recuerda como jugaba con mi pelo cuando estaba largo, como enredaba mis colochos y los alborotaba más, cosas que ahora ya no es tan sencillo hacerlo y entonces, como en un torbellino que llega súbitamente me transporta a otra época, trayendo consigo toda una serie de acontecimientos, lugares, aromas, clima, que me hacen remontarme hacia algo que más que triste fue una serie de acontecimientos que han formado la persona que hoy en día soy y entonces, sonrío…
¡Ahhhh! El viento y sus maneras de ser cómplice de mí y de la vida en general, pues escucha pero no puede difundirlo, no hay mejor confidente que el viento, no hay mejor escucha que el señor viento…
Antonieta Arrecis

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