El día de hoy nuestras invitadas nos invitan a pensar en la importancia del silencio, el misterio de la vida y sus verdades absolutas y por supuesto no podía faltar un homenaje a nuestro laureado escritor Miguel Ángel Asturias.
Gracias a Lourdes Chután, Estefanía Jacome y Antonieta Arrecis por compartirnos parte de su inspiración.
A MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Asturias, a ti que con apasionada
entrega alcanzaste para nuestra bella cuna grande logros, de los cuales como
compatriotas y hermanos nos sentimos orgullosos y te damos las gracias.
Gracias a ti, Miguel Ángel Asturias,
escritor, bohemio, San Carlista, modelo a seguir gracias por tan alto y galardón
alcanzado. Gracias por tu entrega y dedicación, por esas noches en el exilio y
las mañanas entre mis lecturas.
Gracias a ti, poeta, novelista y
ensayista, el gran exponente vanguardista de la década de los 20, quien a través
de tu más grande obra “El Señor Presidente:” drama de la república bananera,
explotada por el imperialismo yanqui, denunciaste como este trozo de tierra fue
vendido al capital extranjero.
Otros, al igual que yo, dedicamos líneas
y versos para date las gracias por haber obtenido ese premio nobel, aquel ya
lejano 09 de octubre de 1899, y colocar en alto pedestal el nombre inmortal de
nuestra tierra: ¡Guatemala!
Eres un ídolo inspirador para muchos;
para todo aquel guatemalteco que vive y cree en su tierra y Asturias, tú que
con apasionada entrega alcanzaste para nuestra bella cuna grandes logros, de
los cuales como patriotas y hermanos nos sentimos orgullosos y te damos las
gracias.
Gracias
a ti, Miguel Ángel Asturias, escritor, bohemio, San Carlista, modelo a seguir
gracias por tan alto y galardón alcanzado. Gracias por tu entrega y dedicación,
por esas noches en el exilio y las mañanas entre mis lecturas.
Gracias a ti, poeta, novelista y
ensayista, el gran exponente vanguardista de la década de los 20, quien a través
de tu más grande obra “El Señor Presidente:” drama de la república bananera,
explotada por el imperialismo yanqui, denunciaste como este trozo de tierra fue
vendido al capital extranjero.
Otros, al igual que yo, dedicamos líneas
y versos para date las gracias por haber obtenido ese premio nobel, aquel ya
lejano 09 de octubre de 1899, y colocar en alto pedestal el nombre inmortal de
nuestra tierra: ¡Guatemala!
Eres un ídolo inspirador para muchos;
para todo aquel guatemalteco que vive y cree en su tierra y para todo aquel
hermano que habita en el extranjero… algunos se han marchado buscando un sueño,
otros han sido desterrados, como tú lo fuiste, por defender los ideales y el
orgullo de la patria. Y allá en lejanas tierras, escribiste tu vida, tus
sufrimientos mascándolos en el medio de tus desvelos, ayudado por la tinta, con
la cual poco a poco y minuciosamente, dibujabas cada letra que esculpía el
pesar y sentir de alguien que sumido en tierras lejanas (siempre extrañas) demostró
ser un hombre de maíz. Buscando un sueño, otros han sido desterrados, como tú
lo fuiste, por defender los ideales y el orgullo de la patria. Y allá en
lejanas tierras, escribiste tu vida, tus sufrimientos marcándolos en el medio
de tus desvelos, ayudado por la tinta, con la cual poco a poco y
minuciosamente, dibujabas cada letra que esculpías el pensar y sentir de
alguien que sumido en tierras lejanas (siempre extrañas) demostró ser un hombre
de maíz.
Autora:
Lourdes Chután.
El sonido en el vacio
En lo más
recondito del cielo,
su mente divagaba, su alma revoloteante
y sin paz inunda su cuerpo inerte, aquella
palabra
la ha dejado
así, sin creces, sin sueños, abatida.
En aquel recóndito lugar amplio y a la vez
diminuto
Su corazón
latente, pero sin fuerza alguna, todo era inutil
Cualquier
palabra de aliento, de esperanza, de felicidad, fue un largo silencio
Ya era
tarde, y el cielo fue el limite,
dejando de la fuerza que abrazaba el recuerdo.
Aquel recondito
lugar tan amplio y tan sombrio, que paulatinamente
Emanaba una luz
deseada y aborrecida, lamentable ha
dejado una huella
Todos creen que
es brillante, pero solo es una creencia,
las verdades absolutas
Yacen en la
filosofía, en la ambigüedad y en el mismo
misterio de la gente.
(Estefanía
Jácome)
Mis
letras y la complicidad del viento.
Conversando
en compañía del señor viento…
Conversando
en silencio…
El señor
viento que sopla a veces tenue, como tímido, se acerca juguetón rozando mi ser
con ese aire a veces fuerte, a veces tierno…
Robándome
sonrisas, al llevarme con su brisa hacia lugares que tengo años de no ver,
momentos en el tiempo que me recuerdan de dónde vengo y, entonces, inicia
nuestra platica, bueno seré sincera el escucha mis letras convirtiéndolas en
palabras no pronunciadas y atento intenta comprender mis pensamientos…
Le hablo
de ti, de lo mucho que en mi vida significas y que sería mentira decir que no
sé ni cómo has llegado a ser eso, pues te lo has ganado a pulso…
Le cuento
de lo maravillosos que son mis peques y de cómo me identifico con cada uno de
ellos en su individualidad, lo difícil que son a veces mis días cuando se
presentan complicaciones y como trato de poder facilitarle un poco las cosas,
aunque debo tener claro que ellos deben cometer sus errores para su propio
crecimiento…
Se ríe
sarcásticamente, ocasionalmente, en cada nuevo pensamiento que le comparto y me
imagino la forma como ha de verme, pero aun así continúo con mi relato…
Le
menciono a personas significativas en mi vida, y no necesariamente, a aquellas
que han sido bondadosas conmigo pues algunas han sido algo culeras, pero más
sin embargo han sido significativas, pues todos dejan una enseñanza y aprenden
algo de nosotros, de lo que será de sus vida, de lo que hubiera sido mi vida si
se hubieran mantenido más en esta historia y, nuevamente suelta la carcajada
pues me recuerda que los “hubiera” no existen, pero es inevitable preguntarse ¿cómo
sería ahora?
Me
recuerda como jugaba con mi pelo cuando estaba largo, como enredaba mis
colochos y los alborotaba más, cosas que ahora ya no es tan sencillo hacerlo y
entonces, como en un torbellino que llega súbitamente me transporta a otra
época, trayendo consigo toda una serie de acontecimientos, lugares, aromas,
clima, que me hacen remontarme hacia algo que más que triste fue una serie de
acontecimientos que han formado la persona que hoy en día soy y entonces,
sonrío…
¡Ahhhh! El
viento y sus maneras de ser cómplice de mí y de la vida en general, pues
escucha pero no puede difundirlo, no hay mejor confidente que el viento, no hay
mejor escucha que el señor viento…
Antonieta
Arrecis