Pero a veces me toca leerme a mi misma y comprender un poco mi instinto, mis anhelos, sueños y entender que a veces sola me he enjaulado, poniendo barrotes, obstáculos y frenando mi inspiración, aspiraciones y proyectos...
Por eso mis letras vienen a ubicarme y darme esa estabilidad que necesito...
Cuando las cosas se ponen difíciles en mi diario vivir, a veces lloro, me miro al espejo directamente a los ojos y me digo: ¡Ánimo! Mañana será más fácil de lo que puede estar siendo hoy. Has pasado por cosas peores. Eres fuerte. Respira profundo. Tú superarás también esto.
Luego vuelvo a quebrarme y tras un lapso de llanto, me vuelvo a ver al espejo y respiro profundamente.
A veces paso una semana juntando mis pedazos de vida, mi alma vaporizada, otras veces es más difícil el reunir cada pieza, el cazar cada suspiro en el que mi alma se desmoronó.
Sin embargo, aquí estoy como una muñeca de trapo que por el paso del tiempo se ha roto y se ha debido remendar con pequeños retrazos de anhelos, de ilusiones desvanecidas, de retazos de vida.
Aquí estoy sonriendo, a veces con el corazón ahogado y la soga interrumpiendo el ingreso del oxígeno, pero aquí estoy positiva porque entre más sonrío el oxígeno vuelve a penetrar y estabiliza la conciencia.
Todos nos rompemos, nos remendamos y continuamos. Todos estamos hechos de retazos de vida.
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